El tiempo pasa, ocurren los partos, llega la menopausia, y por supuesto que el cuerpo cambia. Es ahí donde aparece una pregunta entre las pacientes: ¿vale la pena hacerse un rejuvenecimiento vaginal? Los tratamientos son variados: labioplastia, vaginoplastia, inyección de ácido hialurónico y plasma rico en plaquetas.
Como profesionales de la salud, nuestra primera reacción puede ser pensar que este es solo un asunto estético relacionado a lograr una apariencia juvenil en la genitalia externa y en el conducto vaginal. Sin embargo, cada vez aparecen más argumentos que ubican a este conjunto de intervenciones como mejoradores de la calidad de vida de las mujeres.
La salud vaginal importa y muchas mujeres sienten que la sequedad y la pérdida de elasticidad vaginal afectan su calidad de vida. Por ejemplo, molestias de este tipo afectan a las mujeres en su vida cotidiana, a la hora de mantener relaciones sexuales o hacer deporte.
Existen tratamientos de rejuvenecimiento vaginal enfocados en mejorar los atributos de la mucosa vaginal y así ayuda a mejorar la lubricación del área. Otros tratamientos apuntan a engrosar las paredes vaginales y que recuperen su tono muscular y tensión.