Podría decirse que los partos se pueden dividir entre partos en posición horizontal y aquellos que se dan en posición vertical.
Cada uno tiene sus ventajas y desventajas. En esta nota, compartiremos información sobre las ventajas la forma menos común de dar a luz: el parto vertical, que puede ser de pie o semisentada.
El parto vertical es una práctica ancestral, que existe desde incluso antes de la aparición del gremio médico en la salud reproductiva. Alguna de las críticas que recibe se centran en lo difícil que resulta mantener la posición para las madres y en que muchas veces viene acompañado de mayor sangrado. En caso de insuficiente monitoreo, pueden haber desgarros, así que esta es una postura que requiere de apoyo de médicos y enfermeros. Sin embargo, en esta nota nos enfocaremos en las ventajas
– Disminución en el tiempo: El parto vertical suele tomar menos tiempo que el horizontal, pues debido a la fuerza de la gravedad, el bebé desciende con mayor facilidad
-Menos probabilidad de placenta retenida
-Menor necesidad de episiotomía o episiotomías de menor extensión
-Menor dolor: Aunque el dolor es subjetivo y varía según cada madre, algunos estudios indican que gestantes en el parto vertical requirieron menor analgesia
-Mujeres reportan mayor satisfacción debido a la sensación de más participación en el parto y mayor visibilidad de la expulsión del bebé al mundo
Dicho esto, sea el parto que se decida, es fundamental que el personal de salud esté capacitado para acompañar el proceso y que en caso sea necesario, se defina el cambio a una postura más horizontal.