Las personas LGBTIQ+ enfrentan una serie de dificultades para acceder a servicios de salud adecuados a sus necesidades y la situación se pone más complicada cuando se trata de personas trans; es decir, personas cuya identidad de género no coincide con su sexo asignado al nacer.
Un tipo de pacientes que acuden a ginecología son las personas trans masculinas y muchas veces, los proveedores de salud no están tan familiarizados con los temas de salud de las personas transgénero. Por ello, para evitar que ocurran interacciones negativas, hemos preparado esta nota.
- El lenguaje importa: Si llega un paciente trans, debemos consultarle por su nombre social y sus pronombres, los cuales no necesariamente están en su DNI. Una vez que sabemos estos datos, es importante tratar a las personas usando esa información.
- Si la persona tiene útero y ovarios, se puede pedir autorización para revisarlos mediante un examen pélvico. Es importante explicar previamente el procedimiento. Igualmente con los pechos, para descartar el cáncer de mama mediante un tamizaje (incluso si han optado por una mastectomía).
- Anticoncepción (si es pertinente para sus prácticas sexuales), planificación familiar (algunos hombres trans desean tener hijos) y asesoría en ITS, como se le daría a cualquier otro paciente cisgénero.
- En caso de que la persona trans esté recibiendo tratamiento hormonal, conversar sobre el periodo menstrual y los efectos que podría tener el uso de testosterona en este.