Los anticonceptivos hormonales son uno de los métodos más conocidos y eficaces para prevenir un embarazo. Existe un debate acerca de su influencia en la formación de várices, pues algunos estudios han arrojado que las hormonas de estrógeno que contienen los anticonceptivos pueden incrementar el riesgo de formación de coágulos sanguíneos y con ello, la formación de várices. Así mismo, se sabe que esta hormona incrementa la relajación de las paredes venosas, y así puede ocurrir que las venas se dilaten y la sangre se acumule en ellas formando várices.
Sin embargo, no es posible atribuirle la responsabilidad solo a los anticonceptivos, respecto a la formación de várices, ya que la aparición de éstas es un fenómeno multicausal. Los factores de riesgo son diversos e incluyen el peso, el estilo de vida sedentario, los antecedentes familiares y el tipo de trabajo que se realiza (por ejemplo, uno que implica pasar mucho tiempo de pie). Las investigaciones han determinado que los anticonceptivos en sí mismo no hacen que se formen coágulos de sangre; sin embargo, la mayoría de los tipos de anticonceptivos basados en píldoras pueden aumentar las posibilidades de desarrollar un coágulo de sangre.
Entonces, en caso de que una paciente tenga predisposición a las várices, lo mejor es buscar un método no hormonal o en su defecto, asegurar que el método tenga niveles de concentración hormonal muy bajos. Hasta la fecha, la única contraindicación para la ingesta de este tipo de anticonceptivo, sería un antecedente de trombosis profunda.