Los embarazos ectópicos son poco comunes, pero peligrosos. Como profesionales de la salud, sabemos que las trompas de falopio se pueden romper si se estiran mucho y con esto, la hemorragia interna puede poner en riesgo de muerte a la mujer gestante. Además, este es un embarazo inviable, pues como sabemos un óvulo fertilizado no puede sobrevivir fuera del útero. Por eso, el procedimiento que corresponde es la interrupción del embarazo.
El aborto terapéutico se encuentra reglamentado desde que en 2014 se aprobó la Guía Técnica Nacional para la estandarización del procedimiento de la Atención Integral de la gestante en la Interrupción Voluntaria por Indicación Terapéutica del Embarazo menor de 22 semanas. En las primeras dos indicaciones de esta guía se señala que ante un embarazo ectópico, no es necesario el requerimiento de junta médica, pues este tipo de embarazo compromete la vida de la gestante.
Así, tras comprobar el embarazo ectópico (con análisis de sangre y una ecografía), se debe considerar la hospitalización para atención de emergencia y la firma de consentimiento informado del protocolo de manejo elegido, el cual puede ser con tratamiento médico (metotrexate y protaglandinas) o quirúrgico (laparoscopia con salpingostomía) según la evaluación del caso.
Es importante proceder con rapidez, pues cuando un óvulo fecundado se implanta en la trompa de Falopio, la vida de la mujer está en riesgo y las consecuencias pueden ser más graves en tanto haya demora en la atención.