El intenso dolor, como sabemos, es el síntoma más evidente de la endometriosis. Este no es un dolor cualquiera, sino uno persistente y discapacitante; por eso, las estrategias de manejo del dolor son necesarias para que las pacientes puedan tener una vida más llevadera.

Lo primero que debemos saber es que no existen fórmulas mágicas para lidiar con este asunto y que muchas veces tendremos que hacer una combinación de métodos para gestionar el dolor.

El tratamiento farmacológico es el más frecuente para aliviar el dolor; por ejemplo, facilitar antiinflamatorios como el ibuprofeno y analgésicos como el paracetamol. Sin embargo existen otras opciones que pueden actuar en conjunto con estos medicamentos:

• Colocarse una botella de agua caliente o darse una ducha de agua caliente sobre la zona pélvica puede contribuir a reducir el dolor.
• La terapia física puede ayudar a fortalecer el suelo pélvico, así como brindar recursos corporales para manejar el estrés y la ansiedad que suelen aumentar la sensación de tensión y dolor. El yoga puede ser también una gran opción para este tipo de pacientes.
• Sugerir interconsulta con psiquiatría: Existen casos de uso de antidepresivos que pueden ayudar a lidiar con el dolor crónico, tales como la «desipramina» y la «amitriptilina». Las dosis de estos medicamentos que se administran para tratar el dolor son menores que las dosis que se administran para tratar la depresión.
• Acupuntura: Algunas mujeres experimentan una disminución significativa del dolor con la acupuntura. La constancia es importante, porque las citas regulares con un acupunturista brindan mejores resultados.

Finalmente, a favor de las terapias más alternativas, existen estudios más recientes que hablan de la endometriosis como una deficiencia clínica del sistema endocannabinoide y estos han sugerido que el THC podría ayudar a reducir el dolor pélvico; sin embargo, es necesario aún que se realice mayor investigación.